Campo de Piedra Pómez

Situación

Este espacio singular, catalogado como Área Natural Protegida, se localiza en el sector centro-oriental de la provincia de Catamarca, NW de Argentina. 

Se accede desde La Rioja o San Fernando de Catamarca pasando por Belén hacia Villa Vil por la Ruta Provincial 43 hasta El Peñón (3400 m) y de allí a Antofagasta de la Sierra. Desde San Miguel de Tucumán se llega por el valle de Tafí (ruta Provincial 307) y luego por la ruta 40 hacia Santa María y Hualfin para enlazar con el recorrido de la RP43 anterior. 

El Campo de Piedra Pómez dista 37 km desde El Peñón y 78 km desde Antofagasta. 

En El Peñón hay agencias que organizan salidas con guías y vehículos apropiados. Conviene ir preparados para tramos con arena que dificultan la conducción.

Coordenadas: 26°35’47.0″S 67°30’09.0″W
Altura s.n.m.: 3200 m

Descripción

Esta región, con centro en Antofagasta de la Sierra, forma parte de la Puna Austral y se caracteriza por la presencia de volcanes de actividad muy reciente (últimos 100.000 años), destacando el Complejo Volcánico Cerro Blanco compuesto por numerosas calderas, con erupciones datadas en torno a los 72, 20-15 y 4,2 miles de años. Esta última fue una erupción pliniana cuyos efectos en forma de cenizas volcánicas alcanzaron a todo el NW Argentino. A este rasgo geológico particular hay que añadir las condiciones altitudinales de este sector de puna (3000-3500 m) y la fuerte aridez.  

Climáticamente corresponde al tipo BWk de la clasificación de Köppen, es decir árido de invierno seco y temperaturas medias bajas. Antofagasta de la Sierra registra una precipitación total anual de sólo 65 mm, centradas en verano (diciembre-marzo) no superando ningún mes  los 17 mm de media. La temperatura media anual es de 9,6ºC.

Una de las manifestaciones volcánicas del Complejo Volcánico Cerro Blanco es el Campo de Piedra Pómez. Se considera que corresponde a la erupción generada en torno a los 72 mil años, que dio lugar a flujos piroclásticos compuestos de gases, piedra pómez, cenizas y fragmentos rocosos desplazándose a gran velocidad y alta temperatura (unos 600ºC). 

El resultado es una acumulación de aspecto tobáceo denominada ignimbrita. Destaca en el paisaje volcánico relativamente oscuro por su color casi blanco (Fig. 2) y por su particular morfología generada por la acción del viento, que recibe el nombre de yardangs.  

La existencia de vientos dominantes de dirección Oeste-Este ha permitido la progresiva profundización de pasillos de deflación eólica que aprovechan las fracturas producidas al enfriarse la masa ignimbrítica que llevan dirección similar. De ahí que formen pasillos prácticamente paralelos que dejan en resalte grandes fragmentos de roca alargados en esa misma dirección, de unos 10-15 m de altura.

El viento se acompaña para esta acción erosiva de fragmentos de escorias de peso ligero y bordes rugosos, normalmente de tonos más oscuros que podemos observar en el entorno e interior del Campo formando pequeñas dunas y sobre todo megaripples. 

Dunas
Megaripples

La ignimbrita, moldeada por el viento, especialmente en los primeros 2-3 m de altura, adopta morfologías fungiformes, surcos en el suelo y paredes, así como microformas superficiales de deflación, a veces favorecidas por la presencia de pequeños fragmentos rocosos más resistentes en su interior.

Morfologías fungiformes
Morfologías fungiformes
Surcos laterales
Microformas de deflación sobre los yardangs
Detalle microformas de deflación con fragmentos rocosos

Bibliografía

Enlaces de interés

José Luis Peña Monné

José Luis Peña Monné
Profesor Universidad de Zaragoza

Marta Espinalt
Viajera independiente

María Marta Sampietro

Maria Marta Sampietro
Independent Researcher CONICET

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