Están situados en las proximidades de la localidad de Lanaja, en la comarca de Los Monegros (provincia de Huesca, NE de España).
Se accede desde Lanaja siguiendo hacia el sur el camino que asciende a San Caprasio, en la parte alta de la Sierra de Alcubierre.
Coordenadas: 41°44’16.8″N 0°20’26.0″W Altura s.n.m.: 415 m
Descripción
La Val de Zaragoza es un curso fluvial afluente del río Flumen, con una amplia cuenca pero sin apenas caudal, excepto en algunos momentos de lluvias excepcionales. Ello se debe a las características semiáridas de este sector de la Depresión del Ebro (precipitación media de 400-450 mm anuales). Este barranco presenta el fondo relleno de sedimentos holocenos, que le otorgan una morfología plana, típica de las vales de la región.
Por los estudios realizados, estas acumulaciones se han configurado a lo largo del Holoceno, con su mayor tasa de depósito durante Época Romana, debido en gran medida a la erosión provocada en esos momentos por la deforestación generalizada de la cuenca. En época más reciente, tanto la val principal como sus afluentes han cortado estas acumulaciones generando estrechos y profundos surcos, en ocasiones de trazado meandriforme, por cuyo fondo discurre el cauce actual.
Por sus características, las vales del sector central de la cuenca del Ebro carecen de posibilidades de aprovechamiento hidrológico, sin embargo la Val de Zaragoza conserva un importante testimonio que nos muestra que no siempre ha sido así. Se trata de una obra hidráúlica espectacular, el Azud de Bastarás (0061 o 0057 o 0059 o 0292), construida para la puesta en regadío de una zona cercana.
En el lóbulo de uno de los meandros de la Val de Zaragoza se construyeron varios diques de tierra para encauzar el agua hacia un azud de 3,5 m de anchura, que era convenientemente cerrado en momentos de crecida conduciendo el agua por una amplia acequia hasta alcanzar unos partidores que la derivaba hacia los campos y hasta una gran balsa situada en la parte final, en la Aldea del Árbol. Se desconoce la fecha de su construcción pero se estima que pudo hacerse a mediados del siglo XVIII, estando ya abandonada a principios del siglo XX. Las condiciones ambientales con más precipitaciones durante algunas fases de la Pequeña Edad del Hielo debieron propiciar este importante proyecto, para el que se utilizó grandes sillares de caliza en los puntos principales.
Entre los elementos que aún pueden ser visitados está el gran azud y aliviaderos, así como los grandes muros que dan inicio a la acequia (actual camino), rematados por un gran tronco de sabina en su parte alta.
También hay que destacar las dos antiguas construcciones relacionadas con el uso del azud y los partidores de agua, situados unos 350 m siguiendo el camino (antigua acequia) hacia Lanaja. Por otra parte, aguas abajo del azud se construyó un gran muro de defensa para evitar que el agua afectara a la acequia, que merece también ser visitado.